Tuiteros al borde de un ataque de nervios

CORTADO AL BIES

Seguimos sin poder tuitear en MBFWM. Lenguas alocadas y trapisondistas sostienen que se trata de una maniobra de los organizadores para que el mundo exterior no se entere en tiempo real de lo mediocre tirando a mala que está siendo esta edición. Es salir de los confines de Cibeles-Benz para que le entren a uno una avalancha de tuits y de whatsapps.

Los tuiteros estaban muy nerviosos ayer dado que el desfile de Davidelfin había congregado a caras conocidas y no podían contárselo a sus amigos en plan «Yo y Bimba». Daba penas verles haciéndoles fotos con el móvil a Alaska & Vaquerizo, Ana Polvorosa, Miguel Ángel Silvestre, Javier Cámara, Bibiana Fernández, Pepón Nieto y Elena Benarroch, sabiendo que no podrían mandarlas en el acto.

La colección de Davidelfin fue un asunto más maduro y mejor realizado que las anteriores, aunque todas sus claves surrealistas seguían allí, presentes en sus chaquetas y camisas. Estuvo realizada totalmente en blanco con la excepción de la renegrida salida final que recordaba al cuadro de las viudas en Las leandras.

Momentos antes de su desfile Juando Oliva me decía que había que volver a la elegancia de antaño, cuando las mujeres «se vestían» más. Sus propuestas tenían cierto empaque del pasado, pero no parecían muy bien cosidas. Hubo vestidos de cóctel atractivos y unos trajes de noche de elegancia estricta, sin embargo, en una colección destinada a bodas y alfombras rojas. El diseñador necesita un patronista urgentemente.

Hubo más personajes célebres en el desfile de Amaya Arzuaga y volvió a producirse una revolución tuitera de jóvenes poligoneras en torno a Gonzalo Miró. La colección de la burgalesa fue estupenda, un asunto muy comercial realizado a partir del mismo patrón de hombros volcados, no sólo para chicas, si no también para chicos, la gran novedad. Pantalones tobilleros y tops muy favorecedores en negro y rojo con destellos repentinos de verde, en punto de lana con elastán o napa sedosa.

Duyos no deja de sorprendernos. Desde hace unas temporadas cada colección es más elegante que la anterior, con propuestas inspiradas en los años dorados de la alta costura francesa, italiana y estadounidense de entreguerras. El tema ayer era lo español, con guiños como tacones de asta de toro y sombreros de copa alta. Hubo tejidos suntuosos como encajes de lana y seda o una napa muy rebajada de gran morbidez.

Ágatha Ruiz de la Prada cerró el día con uno de sus espectáculos delirantes en que recreó, como en la última temporada, su mundo tan especial. Vimos clásicos como los homenajes a Rothko y Jeff Koons, los vestidos corazón, pelota, bandeja y muchos más, sólo que maravillosamente cosidos, lo que no siempre ocurría en los 80 cuando los creó. La novedad ha sido el cambio de paleta: ha cambiado en algunas prendas los colores fuertes por los pastel.